viernes, 21 de mayo de 2010

NI PRIVATIZACIONES NI COPAGOS

Últimamente se han multiplicado las declaraciones a favor de la entrada de capital privado en la financiación de los hospitales, así como a favor del copago, en la Sanidad Pública. Entre ellas las de la Consejera Roldós y del Presidente Rivero. En cuanto al copago han empezado por referirse al copago farmacéutico, pero sabemos que “todo es empezar” y que van a seguir por el resto de prestaciones y servicios del sistema público de salud.

Antes que nada es preciso aclarar el termino “copago” que, al igual que ocurre con todo lo relacionado con la privatización de la sanidad, responde al objetivo de introducir confusión y enmascarar todo lo posible la verdadera naturaleza del hecho que define. Si se habla de “introducir el copago por parte del usuario” de servicios sanitarios y medicamentos, se deduce que hasta ahora el usuario no pagaba. La falsedad es evidente: el presupuesto de sanidad que se transfiere desde el Estado a las CC.AA. se financia con los impuestos (que salen casi en su totalidad de los bolsillos de los trabajadores) y con las cotizaciones a la Seguridad Social. Estaríamos hablando pues de “repago” en realidad.

Lo que se pretende introducir es que los usuarios de la sanidad pública, paguemos además un ticket moderador por acceder a la consulta de atención primaria, al especialista, a las urgencias, pagar las comidas mientras estemos ingresados, un canon por las ambulancias y, sobre todo, que se elimine la gratuidad de los medicamentos para pensionistas, haciéndoles pagar un % de su precio. La gama de propuestas no se agota ahí; se habla también de establecer una “prima única para mayores de 65 años (o antes)”, establecer una lista de prestaciones básicas gratuitas, y pagar una póliza para poder acceder a las restantes (como en EE.UU.), etc.

Negamos que el sector público de salud no sea sostenible. La financiación se ha de generar necesariamente desde las diversas fuentes del sistema fiscal, de una política fiscal que acentúen los impuestos directos progresivos para los que más ganan y particularmente sobre los beneficios de la Banca , así como del inmenso fraude fiscal existente.

Se está abogando por implantar los copagos precisamente cuando los ciudadanos ven disminuídos sus recursos económicos. Además de ser innecesarios, el gasto sanitario español es de los más bajos de la Europa desarrollada y se debe y puede incrementar, los copagos recaerán fundamentalmente sobre los sectores con más necesidad de asistencia y menor renta (enfermos crónicos, pensionistas y mayores de 65 años).

Es más que suficiente la evidencia demostrada de que lo que conduce a la quiebra del sistema sanitario es la privatización, por el incremento de los costes, que llegan a duplicar o triplicar los del sistema público y por el endeudamiento que generan, que multiplica por siete el público.

Canarias a 20 de Mayo de 2010