¿Y la defensa unitaria de la sanidad pública canaria? -
La
convocatoria unitaria, tanto de la huelga general del 29 de marzo como
del 1º de mayo, despertó entusiasmo y eso se notó en la respuesta de
trabajadores y ciudadanía en general en las manifestaciones que tuvieron
lugar esos días. Ahora se anuncia para el día 22 de mayo una
movilización de un Frente Unitario para la defensa de la educación
pública en el cual concurren todos los sindicatos del sector junto con
los
colectivos de madres y padres así como del alumnado.
Aunque
lo que escribo a continuación no lo he consensuado con mis compañer@s
del Foro Social Canario por la Salud y la Sanidad Pública, si está en su
origen una reflexión que venimos haciendo desde tiempo atrás en el
sentido de resaltar el escaso espíritu unitario de las organizaciones
sindicales de este sector. Tal cosa añade un plus de dificultad para que
l@s usuari@s de la sanidad sientan un estímulo favorable para su ya de
por sí dificultosa tarea de organización y movilización ante el
galopante deterioro de la misma camino de su desaparición como conquista
histórica al servicio de los más desfavorecidos económica y socialmente
y a su vez más enfermos, aspectos que desde el punto de vista
poblacional coinciden y que explican, sobre todo, la señalada dificultad
para la autodefensa de los derechos de pacientes y familiares.
Desde
luego, nos viene pareciendo impresentable que no se haya concretado un
proceso de constitución de frente unitario entre todas las
organizaciones sindicales y colectivos sociales de pacientes , usuari@s y
de defensa de la salud y la sanidad pública como es el caso de nuestro
Foro. Ya en el pasado, comenzando desde el primer día de existencia del
Foro en marzo de 2010, hemos hecho llamamientos en este sentido pero con
escaso éxito. Después han sobrevenido las experiencias unitarias que
señalábamos al principio, ¿cómo es posible que ese espíritu no se pueda
trasladar al sector de la sanidad?, ¿al sector en el que se dirime la
más dolorosa y dramática expresión diaria de la destrucción del llamado
Estado del bienestar?. Desde luego que no se puede
consentir y hay que empezar por denunciarlo e iniciar una dinámica para
cambiarlo.
Las
brutales medidas contenidas en el primer decreto de contrarreforma
sanitaria (vendrán otros) del Gobierno de Rajoy y que, sin dudas, van a
ser aplicadas por el Gobierno de Canarias merecen una respuesta
contundente específica por parte de usuari@s y trabajadores de la
sanidad que no se ha producido y según parece no lleva trazas de hacerlo
ya que a los antecedentes que relato hay que añadir que en estos
momentos hay en el horizonte elecciones sindicales inmediatas y tal cosa
ha relegado, a mi juicio de modo intolerable, a segundo plano el
planteamiento unitario que se ha revelado como el principal instrumento
en nuestras manos para avanzar hacia la conformación del movimiento
social y político masivo que pueda parar en seco la agresión
ultraliberal. Estoy convencido de que esa es la única manera de
lograrlo de modo efectivo, aunque en el camino recurramos a otro tipo de
medidas, como las judiciales, que contribuyen a desarrollar la
resistencia, o las propuestas legislativas de iniciativa popular
encaminadas a demostrar que podemos dotarnos de herramientas para la
mejora de la salud y la sanidad pública siempre y cuando no se amenace a
la existencia de las mismas porque se cuestiona radicalmente la
protección social pública.
Como
ustedes comprenderán es mucho lo que nos jugamos, y además en una
guerra que da enormes saltos día a día y por tanto en la que no podemos
permitirnos dilaciones ni distracciones en la capacidad de reacción y
respuesta lo más inmediata posible. Por tanto se debe dejar en segundo
plano lo menos importante para los valores y necesidades
más amplias en la perspectiva de la colectividad, que debe estar en
nuestra consideración muy por encima de los intereses de grupo, de
organización sindical o personales. Y la defensa del más amplio espectro
de los intereses sociales de nuestro pueblo, en cuanto a la salud y la
sanidad pública, requiere la conformación urgente de un frente unitario
para la movilización y respuesta inmediata a las medidas que, si no lo
impedimos, van a empeorar la salud y aumentar la mortalidad de los
sectores que ya tienen peores condiciones de vida. Esa sí que tiene que
ser la primera prioridad, si tenemos principios y por tanto los
aplicamos consecuentemente.