MANIFESTÈMONOS
EN DEFENSA DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS, DEL EMPLEO PÚBLICO Y DEL MANTENIMIENTO DE LOS SALARIOS PARA EL PRÓXIMO DÍA 23 DE MAYO DE 2012 A LAS 19 HORAS EN TODAS LAS ISLAS. ES UNA CONVOCATORIA CONJUNTA, RESULTADO DE LAS ASAMBLEAS REALIZADAS, DE TODAS LAS ORGANIZACIONES SINDICALES EN LA QUE PARTICIPARÁN TODOS LOS SECTORES PÚBLICOS DE CANARIAS: EMPLEADOS PÚBLICOS DE LA ADMINISTRACIÓN GENERAL, DOCENTES, SANITARIOS, TRABAJADORES DE JUSTICIA Y PERSONAL DE LAS ADMINISTRACIONES LOCALES. ES UNA CONVOCATORIA EN LA QUE TAMBIÉN SE LLAMA A LA PARTICPACIÓN A LA CIUDADANÍA, QUE A FIN DE CUENTAS ES LA QUE RECIBE LOS SERVICIOS QUE PRESTAMOS LAS EMPLEADAS Y EMPLEADOS PÚBLICOS.
EN DEFENSA DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS, DEL EMPLEO PÚBLICO Y DEL MANTENIMIENTO DE LOS SALARIOS PARA EL PRÓXIMO DÍA 23 DE MAYO DE 2012 A LAS 19 HORAS EN TODAS LAS ISLAS. ES UNA CONVOCATORIA CONJUNTA, RESULTADO DE LAS ASAMBLEAS REALIZADAS, DE TODAS LAS ORGANIZACIONES SINDICALES EN LA QUE PARTICIPARÁN TODOS LOS SECTORES PÚBLICOS DE CANARIAS: EMPLEADOS PÚBLICOS DE LA ADMINISTRACIÓN GENERAL, DOCENTES, SANITARIOS, TRABAJADORES DE JUSTICIA Y PERSONAL DE LAS ADMINISTRACIONES LOCALES. ES UNA CONVOCATORIA EN LA QUE TAMBIÉN SE LLAMA A LA PARTICPACIÓN A LA CIUDADANÍA, QUE A FIN DE CUENTAS ES LA QUE RECIBE LOS SERVICIOS QUE PRESTAMOS LAS EMPLEADAS Y EMPLEADOS PÚBLICOS.
LO
PÚBLICO ES GARANTÍA.
SERVICIOS
PÚBLICOS PARA Tí Y PARA TODOS
Canarias
vive una situación de extrema gravedad social y laboral, caracterizada por un desempleo
que se acerca al 32% y sobrepasa las 340.000 personas y una tasa de
temporalidad superior el 30% de los contratos. El 15,5% de hogares
canarios tiene todos sus miembros en el desempleo. El paro juvenil es del 51%
y, respecto a la media del estado español la clase trabajadora de Canarias se
haya a la cola de los salarios (con un diferencial de 450 €) de los incrementos
salariales; de las pensiones y de las percepciones por desempleo. Los sucesivos ataques a los servicios
públicos perpetrados por los diferentes gobiernos, que los empleados hemos
sufrido a lo largo de los últimos decenios, nos han llevado a estar en la cola
de muchos indicadores del estado de salud de nuestro estado del bienestar. En
Canarias tenemos el mayor índices de fracaso escolar y de abandono de los
estudios; la más prolongada lista de espera para atención médica; la cesta de
la compra más cara; con la Justicia más lenta; es la comunidad con menor
aplicación de la Ley de Dependencia; nuestra población recibe de los
presupuestos estatales 275 euros/persona menos que la media del Estado;
la tercera parte de la población vive, en la actualidad, bajo el umbral
de la pobreza y depende mayoritariamente de la prestación de los servicios
públicos que recibe.
Las actuales políticas privatizadores
restan recursos a los servicios públicos que recibe la ciudadanía en favor
de los beneficios empresariales de unos pocos que, junto con los recortes
presupuestarios experimentados en los últimos tres años y el ataque frontal a
los empleados y empleadas públicos, han debilitado los servicios públicos que
recibe la ciudadanía y han puesto en riesgo el mantenimiento y la continuidad
de los servicios esenciales, que hasta ahora habían definido el estado del
bienestar, y quiebran el marco de
derechos democráticos y laborales.
El
escenario de la crisis está siendo utilizado por el Gobierno de Canarias,
desvergonzadamente, como la excusa perfecta para sustraer recursos de los
servicios esenciales justamente cuando, desde esa situación de crisis, que
castiga con el paro y la exclusión social a miles de familias canarias, se debe
apostar por reforzarlos y así garantizar las necesarias coberturas sociales, el
obligado amparo del estado y del Gobierno de Canarias y la atención
igualitaria y solidaria para toda la ciudadanía.
Y la manera
que este Gobierno ha encontrado de privatizar lo público y lanzar al ciudadano
a los brazos de las empresas especuladoras en servicios sociales, educativos y
sanitarios, es arremeter sin contemplaciones contra los/as empleados/as
públicos/as, recortando sus derechos laborales y sindicales, destruyendo empleo
e intentando socavar la confianza de los/as ciudadanos/as con campañas
mediáticas y políticas destinadas a desacreditar su imagen; y es que este
Gobierno, conociendo que la estructura laboral de la Función Pública y los
derechos conquistados a lo largo de los años por sus trabajadores/as,
constituyen un punto de referencia para los/as compañeros/as de otros sectores,
pretende pasarnos rodillo a toda máquina para allanar el terreno a los
intereses empresariales.
Las empleadas y empleados públicos somos
los garantes de los derechos de los ciudadanos y por ellos tenemos que
luchar. Por ellos y por nuestra dignidad. Sobre nosotros, sobre nuestra
profesionalidad y nuestro trabajo recae el estado del bienestar, la justicia
social, los derechos y avances democráticos y los servicios que recibe la
ciudadanía. Nosotros somos los prestadores de servicios públicos, los que
estamos atendiendo en los hospitales, los que conseguimos que los enfermos se
sientan seguros, los que garantizamos la seguridad y los derechos individuales
y colectivos, los que hacemos que la educación y la formación gratuita de nuestros hijos sea posible, los
que hacemos posible que los servicios públicos y sociales lleguen a todos los
ciudadanos, al margen de la clase social o de los recursos económicos que
dispongan, los que hacemos posible el derecho a la justicia . Y por ello
tenemos que luchar. Porque si a un ciudadano le preguntáramos sobre su
prioridad a la hora de despedir a un médico, a un maestro, a un trabajador
social o a un agente judicial frente a despedir un asesor o recortar los
privilegios de un político, la respuesta sería clara: sobran ellos.
Los
empleados públicos somos profesionales y a pesar de ello hemos soportado el
peso de la mala gestión de los recursos públicos y la cobardía de muchos
políticos en responsabilizar a los empleados públicos de sus propias incompetencias.
Para las empleadas y empleados públicos siempre ha habido
política de recortes. Nos han hurtado el 45% de nuestro salario en los 15
últimos años y nos han restado derechos laborales y
sociales. La repercusión de esa política
de recortes indiscriminada que vienen realizando los Gobiernos central y
canario tiene, también, una enorme incidencia en las Administraciones Locales,
las más cercanas al ciudadano, que han visto como se merman los derechos de sus
trabajadores y trabajadoras y los recursos que necesitan para la prestación de
los servicios sociales a la ciudadanía. Y a pesar de ello damos cada día la
piel para servir a los ciudadanos. Desde siempre, en ese “contexto
socioeconómico global”, hemos sido las empleadas y los empleados públicos, como
trabajadores y como ciudadanos, los que hemos soportado con nuestros derechos,
nuestros salarios y hasta nuestra propia imagen los dislates, los privilegios y
derroches de los que están y han estado en la Administración de manera
coyuntural.
A las
empleadas y empleados públicos nos han recortado derechos sociales y laborales,
nos han robado parte de nuestro salario
y de nuestros derechos para pagar la incapacidad de los que nos
gobiernan. Nos han amenazado con los despidos cuando ellos no han sido capaces
de renunciar a los privilegios que disfrutan, a las dietas, a los asesores, a
las inversiones de los amigos, a los coches públicos, a los banquetes, a los
viajes y a los lujos. Es fácil sentarse en la poltrona y jugar con el dinero
de todos. Porque los empleados públicos, como el resto
de la sociedad, estamos siendo doblemente castigados. Nos han castigado como
trabajadores pulverizando nuestros derechos y nuestro salario y como
ciudadanos/as, viendo como se precarizan
los servicios públicos.
La
reivindicación por el mantenimiento de los servicios públicos de calidad,
públicos y universales, no es sólo de los empleados públicos. Debe ser un grito
único en defensa de los derechos básicos y de los que los defendemos cada día desde
nuestro puesto de trabajo en la Administración. Es la hora de pasar de la
indignación a la rebeldía ciudadana, es la hora de la lucha unitaria, en la
calle y en los centros de trabajo, codo a codo estudiantes y parados,
agricultores, profesores y sanitarios, autónomos y pensionistas, sindicatos,
movimientos sociales y el conjunto de la ciudadanía que quiere y merece una
alternativa diferente, que tiene derecho a unos servicios públicos dignos que
nos hagan sentir que, al margen de su situación económica que disfrutemos,
seguimos siendo ciudadanos de primera.
Porque este
Gobierno se siente impune actuando como actúa, no podemos permitir que se salga
con la suya ni que utilice la ley para imponer sus intereses.
Debemos
expresar nuestro rechazo con contundencia porque, de no hacerlo, se sentirán
legitimados para continuar gobernando de espaldas nuestros derechos como
empleados públicos y como ciudadanos, a espaldas de nuestro pueblo y contra sus
derechos.
Por todo
ello, debemos organizarnos y, desde la unidad de los/as trabajadores/as de las
Administraciones Públicas, desde la ciudadanía que es la destinataria de los
Servicios Públicos, preparar la resistencia y la movilización que les ponga
freno.
Conscientes
de los derechos de la ciudadanía y comprometidos con los trabajadores y
trabajadoras del sector público, firmamos el presente manifiesto y convocamos a
los empleados y empleadas públicas de canarias y al resto de los ciudadanos y ciudadanas
a la manifestación que en defensa de
los Servicios Públicos tendrá lugar en
todas las capitales canarias el día 23
de mayo de 2012 a las 19 horas.